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dimarts, 27 de febrer del 2018

¡Qué sabrán ellos!

Buenos días!

Hoy quiero compartir con vosotros un fragmento de un texto,  que a mi personalmente, me fascino. 


Conductor de camión, alma de Don Quijote y quien sabe aventurero. Que te llaman corre-mundos, borracho, cerdo, o tal vez… ¡Mujeriego! No hagas caso, tú sabes que no es así, es tu trabajo, tú lo elegiste, no ellos, y si escuchas:
¡Camionero de mierda!
Con ironía, y tal vez desprecio, no hagas caso, pobres diablos…..

Qué sabrán ellos!

Qué sabrán ellos de noches interminables, de soledades en el silencio. De distancias, de recuerdos que queman por dentro; de amigos que quedaron atrás, enterrados en el asfalto, de alegrías que pasan rápido como el viento, de no poder estar allí.
En ese Necesito tiempo para volar y no poder hacerlo.
¡Qué sabrán ellos!
Qué sabrán ellos de lágrimas perdidas en la blancura de la nieve, de largos suspiros, de ansias, de profundos anhelos, y de entre todo, de la alegría sin precio, cuando cada noche, lejos y por teléfono una dulce voz te dice:
¡Papá te quiero mucho!
Y otra:
¡Ten cuidado, vuelve pronto.
Y otra vez:
¡Te quiero mucho!
¡Qué sabrán ellos!
De noches de cansancio, porque dirigiste tu caballo de hierro toda la noche para descargar con tus manos, lo que transportaste con cariño, por presión de quien manda en ti, y de quien no manda, por presión de quien no ve tus lágrimas. 
¡Qué sabrán ellos!
Que dulces momentos, que magia tiene la vida.
Y hablas con tu camión y le gritas:
¡Galopa, corazón de hierro! Pon alas al viento, llevame rápido a casa porque quiero estar con ellos!
Ya no existe el sueño, la lluvia, la nieve, ni siquiera el viento. Y vas a dejar atrás kilómetros, y kilómetros, y sin embargo llega lentamente, muy despacio, el recuerdo de la última navidad que no pudiste estar con ellos, que luego desaparece como niebla en el desierto. 
¡Qué sabrán ellos!

(Anónimo)